jueves, 22 de julio de 2010

Fair-&-Tale

Me gusta como las estrellas iluminan los perfiles en los cuadros nocturnos.
Me gusta oler la grama y verla crecer bajo los pies de los niños.
Me gusta la risa de mi madre y la forma dura en que habla mi hermano.

Colecciono nubes y telarañas en los atardeceres.

Me gusta cuando la luna se hace notar entre las estrellas
y brilla iluminando los diez mil caminos que puedo hallar para andar.

Me gusta el café por sobre todos mis vicios...
Me gusta el cigarro por sobre todos mis vicios...
Me gusta mentir cuando algo no es seguro.

Me gustan las tragedias y lso romances rotos.
Me gusta el olor de las rosas en las fechas festivas
y el friecito al andar desnuda por la habitación.

Me gusta hacer el amor de madrugada y las tardes de lluvia.
Me gusta el dolor cuando es menos doloroso.

Me gusta la libertad que empuja al viento
y me gusta ver a las nubes caminando por el cielo.

Me gustan las manos de los artistas
y el sonido del piano en los atardeceres soleados.

Me gusta el invierno porque es más agradable buscar calor.

Me gustan siempre las hojas en blanco y las historias sin terminar.
Me gustan las historias sin terminar...

Cuenta Cuentos (A José E.)

Como para dejar de resumir mis días sin ti, he vuelto a la monocromía invernal que envuelve al alquitrán y mis huesos deformados sobre una cartulina triste y vacía; un trozo de vida para las manos de un hombre que no tiene tus ojos, ni tu voz, ni tus errores.

No tengo historias que contarte. No tengo más historias que contarte.
Después de ti se sobrevive por morbosa persistencia, por esas ganas de evitar un "no".
- "No volveremos a buscarnos pedazo por pedazo la esencia en la piel..."
- "No te miraré a los ojos más tratando de entender que es lo que piensas sueñas..."
- "No seremos más los mismos..."
- "No te amo, no..."

Después de ti se sobrevive, porque no hay razones para vivir. Porque la vida se vuelve sólo dinamismo vegetativo y fenómenos corpóreos de risa sardónica y azul, y entonces quiero arrancarte para siempre las ganas, envenenarte el alma desde tu centro como un virus y converger en ti

Citas I

No existe el hombre perfecto, sólo el modo perfecto de ser hombre.